jueves, 22 de junio de 2017

FORMAR PINOS DESDE SEMILLA

EL CULTIVO DE PINOS DESDE SEMILLA O PLANTÓN

Pino silvestre  con dos años.
Como el objetivo fundamental de este blog es ayudar al principiante, he creado esta entrada con  la información recogida de otros sitios para comenzar desde cero a formar un futuro bonsái de pino.

En otras dos entradas detallaré como refinar y mantener los bonsáis de pino con mención aparte de los pinos rojo (densiflora) y negro (thumbergii), por usarse técnicas específicas.





1.- Introducción.

Los pinos requieren de técnicas especiales para su formación como bonsái  debido a las siguientes características:

ü  Tienen una fuerte dominancia apical que hace que las diferencias de vigor sean muy acentuadas entre los ápices y las zonas traseras o bajas.

ü  No brotan de la madera vieja, lo que nos obliga a no descuidarnos para no alejar el verde.

ü  Algunas especies, y singularmente el pino negro japonés tienen una acícula demasiado larga para la escala propia del bonsái.

La forma de trabajarlos se basa en el principio de repartir el vigor por igual, es decir, favorecer  a las zonas débiles,  evitando el proceso natural de muerte de las ramillas bajas e interiores. Sólo de esta forma parecerá un bonsái,  con  conicidad y un follaje compacto y homogéneo.

Distintas técnicas aplicadas a los pinos consisten en eliminar las agujas viejas para aumentar la exposición al sol de los brotes traseros y así fortalecerlos. La eliminación de las viejas agujas favorece así a las nuevas, pero teniendo en cuenta que de estas pueden aparecer brotes en su centro que pueden ser necesarios para el diseño.

En especies como el pino blanco japones o el pino silvestre,  que de por si tienen agujas reducidas, las técnicas para equilibrar el vigor conllevan ya un acortamiento del tamaño de las agujas. Para el pino negro japonés y el densiflora, de acículas largas, se utilizan técnicas especiales para reducir el tamaño de las agujas.

2.-Cultivo
Los requerimiento del  cultivo de todos los pinos son: sol directo y substrato aireado.   Muchas especies requieren de sol para crecer compactas, en el caso de los pinos lo necesitan para estar sanos y de igual forma ocurre con el substrato, debe estar aireado.

La parte positiva de los pinos es su aguante a las condiciones climáticas adversas como los vientos secos o  la falta de cuidados (abonados y riegos, se entiende). Pero cuidado,  un bonsái formado requiere de una vigilancia constante.
La primera regla general que se puede dar es no acumular trabajos estresantes para el árbol. Especialmente, convendría no tocarlo durante el primer periodo vegetativo tras el transplantado.  La segunda es no seguir el calendario sin más, es el árbol el que nos debe de indicar en cada momento la oportunidad de realizar las diferentes acciones y su intensidad.


Fotografía realizada en marzo de 2014, Las posteriores fotos son  de algunos de estos pinos, las otras plantas son manzanos Malus everest. 

           2.1.-Trasplante y substrato

A la hora del trasplante,  es importante tener en cuenta que se recuperan con dificultad cuando le cortamos muchas ramas y raíces.  Especialmente  debemos ser conservadores con el sistema radical, aún a costa de  no conseguir el nebari deseado,  antes de cortar una de las  raíces principales es preferible  intentar reposicionarla con algo que la sujete como una cuña de bambú clavada en el substrato para llevarla a un lado, o si fuese necesario bajarla usando un alambre.

No solo debemos conservar raíces, también parte del substrato viejo.  Los pinos viven gracias a la simbiosis con hongos (micorrizas), las raíces cubiertas de un moho blanquecino y agradable olor a seta nos señalan el correcto cultivo del árbol. Estas micorrizas son externas y pueden perderse si quitamos la totalidad del substrato.
Algunos aficionados incorporan parte del substrato retirado al nuevo para que contenga las micorrizas (previamente  cribado para eliminar las partículas más pequeñas).

No deberíamos eliminar nunca más de 1/3 de la copa o sistema radical. Las podas pueden ser más intensas en los primeros años de formación y ligeras posteriormente. 
Recordar que los árboles sacados de semilla han de ser repicados en su primer año para evitar la raíz pivotante.

El trasplante provoca el rejuvenecimiento del bonsái, y (después de un período recuperación) reaccionará con un gran crecimiento de las raíces. Esto hará que las nuevas velas crezcan otra vez demasiado fuertes e irregulares. Por lo tanto, empieza de nuevo todo el ciclo de equilibrar la energía del árbol.
En cuanto al substrato, los aficionados usan diferentes mezclas. No tengo la suficiente experiencia para asegurar cuál de ellas es la mejor, pero si puedo decir que da buenos resultados la akadama con pómice  en los árboles jóvenes y en formación. Cuando un árbol está formado los transplantes se alargan mucho y es fundamental asegurar que el substrato no se haya desecho, por eso algunos aficionados agregan al substrato gravilla de rio, otros como es mi caso colocan en el fondo únicamente pómice que no se altera y mantiene la aireación.
Otros aficionados usan kyriu como substrato fundamental para sus pinos, sus características la diferenciaiarian de la akadama por su mayor dureza y acidez.
No quiero entrar en polémicas pero si daré dos recomendaciones, la primera es que el grano del substrato sea grueso para asegurar una buena aireación  y que se use algún abono orgánico de calidad que favorezca la actividad de los microorganismos del suelo y por ende a las micorrizas.
 
Pino negro japonés (P. thunbergii) en colador y salgareño (P. nigra salzmanni) foto realizada a finales de mayo de 2017 uno tres meses después de transplantarse de macetas pequeñas , fueron sembrados en otoño de 2013. 
  
El mismo  pino salgareño con dos años.



           2.2.- Abonado de los pinos
Como ocurre con el resto de las actuaciones debemos de tener en cuanta el estado de nuestro árbol. A diferencia de otros árboles, los pinos son malos indicadores de su estado vegetativo, no nos van a señalar rápidamente si les faltan nutrientes como ocurre o con una planta de hoja caduca como un olmo, por ejemplo.
Además, la variedad de abonos en el mercado es grande, con propiedades diferentes. Por tanto, nos debemos dejar guiar un poco por nuestra experiencia y tener en cuenta lo siguiente:
Si el árbol está sano y no ha sido trasplantado deberíamos comenzar a abonar   suavemente ya en marzo o incluso antes con climas cálidos como en la costa del sur de España y en situaciones abrigadas (junto a una pared) y soleadas.
Estos abonados han de ser líquidos y bastante diluidos pues aún hace algo de frío para que funcione el orgánico. El abono foliar sería genial.
Al alargarse las velas comenzamos con un abonado normal y en el caso del pino negro,  retiraremos el abono desde el momento de comenzar el mekiri, aunque no haga calor. En todo caso, cuando el calor sea intenso, dejaremos de abonar hasta que en septiembre vuelvan las temperaturas a moderarse y si todo va bien  empezaremos abonar fuerte con abono PK durante todo el mes de octubre, y noviembre si no llega el frío.

Yo utilizó abono orgánico, pero me preocupa la acumulación de restos por lo que uso bolsitas  de té para contenerlo. Aparte uso humus de lombriz líquido (lixiviado).

           2.3.- El riego de los pinos
En general se puede decir que  a los pinos les va mal la humedad del substrato. Esto no se evita regando menos sino con un substrato muy drenante. De nuestros pinos el más tolerante al agua es el silvestre (P. sylvestris), con el resto es sano dejar que se seque el substrato pero no totalmente.  Recuerda que el riego a fondo ayuda a airear el substrato al expulsar los gases de la actividad aerobia y los restos de agua faltos de oxigenación.
Cuidado con usar la reducción del riego para reducir la longitud de las agujas, es más seguro usar las técnicas apropiadas.


3.- Poda de ramas
Una poda juiciosa a finales de otoño / invierno temprano, hará que el árbol reaccione  con retroceso de brotación. Podar todo el crecimiento que no es necesario en las zonas fuertes, pero cuidado con la poda en las zonas más débiles. Cuando se poda una rama gruesa, siempre es mejor dejar un muñón para que tenga la oportunidad de secarse de forma natural. Después de que se haya secado siempre se puede utilizar como un jin o eliminarlo por completo, si usted decide quitarlo se puede tallar y la herida se curará más rápidamente y de forma más natural.

4.- Alambrado

- El alambrado se puede efectuar todo el año, aunque la mejor época es entre el otoño y el invierno. También podemos hacerlo en junio: las ramas son más flexibles, y las grietas sanan más rápido. Entonces es necesario proteger las ramas con la rafia húmeda apretada antes de colocar el alambre, y sea muy cuidadoso con los brotes.
- Tenemos que tener en cuenta que al ser un árbol muy flexible, hay que utilizar un calibre de alambre más grueso del que nos parece a primera vista, de otro modo la rama alambrada, volvería a su posición inicial.
- Por el mismo motivo nos veremos obligados a mantener el árbol alambrado durante un largo periodo de tiempo, de 1 a 2 años, con lo cual tendremos que desalambrar el árbol y volver a colocar el alambre tres o cuatro veces antes de su retirada definitiva, para evitar que queden marcas en la corteza.

5.- Pinos en formación
Aquí tienes paso a paso que hacer con tu pino obtenido de semilla o adquirido como plantón. Si la planta crece bien, en el otoño del  2º ó 3º año podemos empezar a formar con alambre de aluminio  todo el tronco evitando coger agujas o brotes. Debemos tratar de producir curvas en tres dimensiones y un tanto exageradas, el tronco absorberá algunas curvas.

Pino negro japonés con 3 años.

 En esta fase es importante que el vigor y por tanto las agujas sean las mayores posibles. El  primer objetivo es engordar el tronco, para ello hay que dejar crecer la guía de la planta, sin ningún tipo de poda o pinzado de reducción que debilitan el brote y retrasan el proceso de formación.  Al no frenar el vigor los brotes jóvenes aparecerán de forma espontánea en el tronco, entre las agujas. Podemos ayudarles eliminando agujas al rededor de ellos, pero no demasiado, ya que la presencia de un gran número de agujas en estas plántulas promueve  el crecimiento. Son muy importantes porque permitirán producir ramas bajas futuras, especialmente en shohin y también aprovechables para ayudar al engorde de la base del árbol.

En el caso del pino negro, en esta etapa, la copa del árbol es una rama de sacrificio, que se corta cuando el vástago alcanza el diámetro deseado. Luego rehacemos las copas y ramas a partir de las pequeñas yemas adventicias de la parte inferior del tronco y si los brotes no aparecen se puede hacer mekiri en julio con el cual muchos brotes aparecerán. Con otras especies seremos más cautos sin reducir más de 1/3 del follaje con la poda invernal.

Durante los primeros 3-4 años no dude en replantar cada año, después reposicionar las raíces tendrá gran dificultad o será imposible.  Una segunda fase es la de engorde acelerado en un colador grande o una cesta perforada para plantas de estanque, manteniendo una rama de sacrificio en la parte superior, y varias en la parte inferior del árbol para que crezca la base, mejor en la parte posterior para que las cicatrices no sean visibles desde el frente.

En las pequeñas ramas cerca del tronco, que se guardan para diseño, no dude en empezar con las técnicas de ramificación (mekiri en verano en pino negro y poda del brote terminal en otoño para el resto)  para comenzar a densificar las ramas. Cuando el tronco ha alcanzado el diámetro deseado, cortar gradualmente las ramas de sacrificio en varias etapas durante varios meses.

A lo largo de esta fase eliminaremos las agujas con moderación, sólo cuando un brote que deseamos mantener no recibe suficiente luz. No pinzaremos las velas antes de la etapa de equilibrio de la rama, es decir el último paso.

Después de 2-3 años  de engorde en colador lo pasamos a una maceta grande. Cuando la rama principal está bien establecida y las ramas de sacrificio son eliminadas,  comenzamos a trabajar las etapas finales de ramificación replantando a una maceta  de bonsái.

Hemos llegado a la última etapa, el tronco ha alcanzado el diámetro deseado, pero las ramas  aún no se han formado o no tienen  la suficientemente ramificación. El objetivo es promover la ramificación secundaria. En esta etapa, no hay mucho engorde: la reducción del tamaño de las agujas se considerará más tarde. Para avanzar debe promoverse  la brotación trasera.

 Para ello, existen dos métodos:

A.- Método suave:
En la primavera del año 1, se permite el crecimiento libre de cada vela. Eliminando  agujas en agosto y septiembre.

En la primavera del año 2, pequeños brotes nacen en las ramas donde se habían eliminado las agujas. Deje crecer libremente todos los brotes, especialmente la yema terminal estimula el vigor de toda la rama. En septiembre del año 2, se corta el extremo terminal, por encima de los brotes pequeños, que de este modo toman el relevo, y crecen con más fuerza.

B.- Método duro
Para árboles vigorosos en la primavera del año 1, se deja crecer libremente velas. Eliminar agujas en agosto y septiembre, se hará una mekiri dos semanas más tarde, en septiembre, en los brotes pesados ​​y medios.
En la primavera del año 2, obtenemos nuevos brotes de nuevo se deja crecer libremente. En septiembre del año 2, podemos eliminar un poco de agujas y hacer una mekiri en brotes fuertes.

En el año 3, dejar crecer libremente e incluso hacer un ligero metsumi para equilibrar las velas.

 El "metsumi", literalmente "sección del nuevo brote verde" tiene como objetivo detener el vigor de los brotes fuertes, derivando la energía que la vela no consume a las otras velas no pinzadas.

 Atención, como el pinzado  inhibe el crecimiento, no hacerlo en  una rama o un árbol que queramos  verlo crecer. En general, este pinzado se hace en árboles ya formados. En particular, no es una operación beneficiosa para un árbol replantado: porque es precisamente la actividad de los brotes que estimulará el crecimiento de las raíces.

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