En mis salidas al campo he visto
como las ramas secas caídas de los viejos alcornoques, y troncos de los mismos
árboles que mueren, pudren su dura
madera hasta desaparecer mientras que el corcho hueco permanece durante años.
Alcornoques junto a un camino en Alajar (Huelva). Estos árboles producen corcho cada 9 años. |
Esta persistencia del corcho me
hizo preguntarme si no sería interesante usarlo como substrato de larga
duración. En primer lugar, el corcho compostado
tiene propiedades físicas
interesantes: es ligero, poroso, retiene humedad manteniendo la aireación
y se descompone con lentitud. Desde el
punto químico, tiene un pH óptimo ligeramente ácido, una capacidad de intercambio de cationes
importante, por lo que puede retener nutrientes para liberarlos lentamente.
El corcho es un recurso renovable
que se obtiene de la corteza externa del alcornoque (Quercus suber). El corcho
de calidad o taponable se obtiene cada 9 años separándolo de cada árbol en una
placas llamadas panas que se clasifican
según su calidad. El único tratamiento posterior es la cocción en agua limpia
sin clorar (esto es muy importante para uso vinícola) con lo que se consigue
que el corcho abra sus poros dilatándose considerablemente. Finalmente una
máquina corta los tapones y eso es todo.
Quizá les sorprenda, pero un
corcho de calidad puede tener un precio superior al de un vino barato; estos
tapones solo se usan para vinos caros. El corcho comercial usado para múltiples
fines incluyendo los tapones de vinos económicos, es en realidad un aglomerado
del material natural sin aditivos formado por el triturado de los recortes del
corcho taponable y corcho no taponable (por escaso grosor o calidad) sometido
únicamente a calor y presión.
Les advierto que el corcho no se
vende actualmente como material para substrato, ni para otros uso triturado que
sepamos en comercios cercanos. El único corcho natural que se puede comprar
cerca de casa es aquel de calidad no
taponable que antes se vendía como corcho de Belén, y ahora es común en tiendas
de animales para su uso en terrarios.
Sin embargo, hay estudios
respecto al uso de este material como substrato (ver referencia al final). Y
basándome en ellos y mi propia experiencia les comento lo siguiente.
Durante años los substratos
usados para bonsái contenían básicamente turba y arena. La primera acaba por
alterarse, especialmente en las duras condiciones del verano del sur provocando una retraimiento del substrato en
la maceta, compactación y a la larga problemas de aireación (ver otra entrada).
Buscando una solución añadía corteza de pino compostada y sólo finalmente me
planteé la posibilidad del corcho. Para
entonces el problema quedaba resuelto al poder adquirir substratos modernos.
Aún así, me pregunté si el
compost de corcho añadido a la akadama y
pómice podía mejorar la calidad del
substrato cuando el transplante se prolongaba varios años.
Comencé a probar con restos de
corcho de madera muerta ya bastante alterados. La principal ventaja era la estabilidad del corcho en
periodos de cultivo prolongados y mantener una actividad biológica en el
substrato para así poder reducir el abonado orgánico que deja residuos que
apelmazan el substrato. Frente a la
opción de no usar nada orgánico en el substrato, recuerdo que cualquier
componente rico en humus proporciona una importante capacidad de intercambio
catiónico y una mayor actividad biológica que mejora la absorción de los
fertilizantes.
Solo llevo usándolo desde
hace unos tres años mezclado con la
akadama, en cantidades pequeñas, inferiores en volumen al 20%, con resultados a
día de hoy prometedores, aunque tendremos que esperar un poco para sacar más
conclusiones.
Si alguien se atreve a probar les
explicaré como lo hago.
El corcho con el que empecé
estaba ya bastante alterado, de madera podrida. Ahora además guardo los tapones de vino.
Los primero es hervir el corcho
en abundante agua (no es necesario hacer esto con los tapones) para
desinfectarlo y hacer que abra poros. Yo utilizó una vieja olla exprés para
conseguir el autoclave dado que estos árboles murieron por culpa de hongos muy
peligrosos como Phytophthora cinnamomi.
Si es posible adquirir corcho
triturado será lo ideal, pues hacerlo a
mano es desalentador. Pero en mi experiencia tuve que cortarlo hasta llegar a un tamaño medio de 1 cm.
Después habría que dejarlo
compostar al menos un año, en el caso de corcho que no haya estado sometido a
la pudrición en el campo el tiempo puede ser de un par de años. Yo he adelantado algo el compostaje vertiendo
lixiviado de humus de lombriz, en todo caso hay que conseguir que esté durante
el proceso al 100 % de humedad incluso con algo de encharcamiento en su fondo,
yo utilizó un tupper de plástico. ¿Por
qué esta forma de compostar?
Corcho ya compostado |
El corcho crudo no se puede
utilizar pues es tóxico por su alto contenido en sustancias fenólicas. Ya el
cocido reduce algo los taninos que se disuelven en el agua, pero sobre todo
durante el proceso de compostaje debiendo de regar y tirar este agua
varias veces durante el proceso, no hay problemas de olores pues los taninos
son bactericidas.
Finalizado, el corcho adquiere un
color mas oscuro, se vuelve más poroso,
tierno y absorbe más agua.
Y esto es todo, si alguien se
anima a probar, compartiremos la experiencia.
Documento Estudio del corcho como substrato de vivero
Documento Estudio del corcho como substrato de vivero