En este mundillo del bonsái, el
substrato orgánico tiene mala prensa; pero hubo una época que no había opción.
Ahora bien ¿Debemos prescindir de ellos
como hacen en Japón?
La materia orgánica mantiene vivo el substrato y esto es
necesario para estimular la correcta asimilación de nutrientes, al mantener a
los organismos que degradan los compuestos del abono haciéndolos asimilables y
también a las micorrizas que ayudan a
absorberlos. Igualmente, el humus fija temporalmente los cationes impidiendo su
pronto lavado por el agua de riego quedando así los fertilizantes a disposición
de la planta durante más tiempo.
Verán que no he mencionado la
retención de agua y sin embargo, muchos aficionados añaden a la akadama turba o
fibra de coco para salvar el duro verano
mediterráneo, no por los anteriores motivos.
En Japón el clima es distinto,
pero los requerimientos del cultivo son similares y no añaden materia orgánica
¿o sí?
Sí que lo hacen, pero a través
del abonado. Ellos colocan gran cantidad de abono orgánico que fermenta sobre
el substrato y suplen de esta manera la falta materia orgánica en el substrato.
Más aún, no sé si lo habrán pensado pero las plantas que necesitan más de esta materia
orgánica la tienen en el substrato en Japón. Es el caso de los pinos, como
cualquier planta con micorrizas no se cambia todo el substrato de una vez y al
conservar el viejo, este aparece enriquecido de humus proveniente del abonado
orgánico.
Hace unas tres décadas el
substrato comercial de más calidad que
se podía usar era la turba rubia fibrosa preferentemente usada en viveros
forestales. Hoy se usa menos, por su
precio y teniendo en cuenta que es un substrato no renovable. Además, la que se
suele ver en los comercios se encuentra picada (fina) y, lo digo por
experiencia, en absoluto es adecuada a los fines del cultivo del bonsái.
Aún hoy es mi substrato preferido
para enraizar esquejes y producir semilleros, siempre que esté suficientemente
aireado con arena o perlita. Este uso es para una temporada de cultivo, no más.
En condiciones de bonsái, expuesto a los rigores del verano a la intemperie,
cuando no podemos evitar su desecación se contraerá espectacularmente y no se recuperará aunque se sumerja en agua,
terminará convertida en polvo.
Substrato comercial de marca conocida a base de turba |
De esta experiencia me planteé como sería el
substrato ideal, uno que pudiera desecarse y soportar las altas temperaturas en
la superficie de la maceta sin
degradarse. Por aquel entonces no conocía los modernos substratos japoneses
como la akadama o el kyriu y pensé en una arcilla granular porosa que no se
deshiciera, encontrando en el mercado la arcilla expandida, pero la vendían en
granos tan grueso como aceitunas.
Descarté igualmente piedras duras como la volcánica,
pómice o similares porque al no ser arcillas no tenían las propiedades físico-químicas relacionadas con la adsorción de cationes que
se valoran tanto un substrato para cultivo.
A todo esto, en el mercado, solo
se encontraba un sustrato preparado para bonsáis de una marca muy conocida, que
ha sido etiquetado en los foros como “matabonsais” estaba formado de una parte
de turba negra, otra de gravilla de granito y otra de arcilla blanda de la
usada para hacer los ladrillos.
Esta mezcla podía acabar al cabo
de un par de años con la consistencia del turrón de Alicante, no les digo más.
Aún así podía funcionar en
pequeñas macetas con el transplante anual. Pero más allá el riesgo de pudrición
de raíces era muy alto.
Resulta indiscutible que, para no
complicarnos la vida, el substrato ideal no existe pero se parece mucho a la
akadama. El pómice viene mejor que la arena para aumentar la estabilidad del
substrato durante años aunque en macetas pequeñas no me gusta pues si he de
regar por inmersión en verano, este sale flotando.
La akadama es un substrato
fenomenal para un riego automatizado o en un clima suave y húmedo. En nuestro
clima del sur, puede necesitar de riegos frecuentes y además sin prisas, pues
cuando se seca no se hidrata completamente tras un riego, debemos repetir al
cabo de unos minutos. Si le añadimos
pómice será aún peor, pues se rehidrata con más lentitud.
Para los pinos y otras coníferas
podemos usar kyriu y soportarán que el substrato se seque bastante. Sin
embargo, estas especies agradecen una cierta cantidad de materia orgánica para
mantener activas las micorrizas, por lo que en Japón suelen usar abonos
orgánicos como el Biogold que son poco adecuados en nuestro clima pues se
resecan rápidamente.
En el caso de especies que
requieren de suelos fértiles y que no soportan que se sequen, la solución de
algunos aficionado es añadir turba o fibra de coco.
Mi experiencia ya comentada
desaconseja la turba, mientras que la fibra de coco se rehidrata bien. Es
importante que la fibra de coco sea de calidad sin fibras largas y tenaces,
imaginen lo que sería desenredar un estropajo de esparto lleno de raíces que
queramos conservar. También es importante que este libre de sales y arena.
Yo lo que vengo haciendo es
ponerla en remojo un tiempo y luego cribarla en el mismo agua. Después la
extenderemos para su secado. No es necesario secarla completamente, pero si la
almacenamos con una humedad alta se ira descomponiendo lentamente.
A las fibras largas le doy
utilidad para usarla como rejilla en los agujeros de macetas de engorde o para
pequeñas macetas como kusamonos para retener substrato fino.
Fibra de coco desfibrada y de grano grueso óptima para mezclar con akadama gruesa o media. |
Algunos usan el humus de lombriz,
mi experiencia es con el lixiviado de humus fresco que yo mismo produzco. Este es un abono muy
suave, que dicen que es más adecuado usarlo vía foliar. He realizado alguna
experiencia con humus fresco de lombriz mezclado con substrato convencional de
akadama y pómice en algunas plantas de crecimiento particularmente rápido y que
gustan de suelos muy fértiles y ricos como los manzanos, que se transplantan
anualmente, los resultados de momento no
son malos pues mientras no se deseque este substrato se mantiene, no se
deshace. Y en el caso de secarse
quedaría compacto. Por otro lado, el
humus seco me parece un polvo que no
debe de entrar en nuestros substratos.
Este uso del humus en forma de
bolas del mismo tamaño del grano de la akadama o superior podría ser lo que se
llama enmienda húmica. Su utilidad puede limitarse a aquellos árboles tragones
que queramos engordar en poco tiempo, y no a bonsáis propiamente dicho.
En el caso de coníferas parece
más interesante usar corteza compostada de pino como ayuda para el
mantenimiento de las micorrizas.
Por último, llevo unos años
experimentando con el corcho, creo que es interesante, lo explicaré en otra entrada.
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